domingo, 28 de noviembre de 2021

Pilas Delatoras

Si el caso policial que hablará a estas páginas hubiese sucedido en la Venezuela después de los años 72, cuando la Policía Judicial creó el premio el Cangrejo de Oro a la mejor investigación, hubiesen galardonado con ella al detective que la llevó a cabo.

En una urbanización de la casa media alta de los años de fines de los 50, después que el último dictador abandonara el país, ocurrió un robo que causó mucho impacto y molestias; impacto porque la víctima era una funcionaria de una embajada europea; molestias al gobierno porque la opinión pública pedía a gritos que nos alejáramos de la ignominia de los interrogatorios con tortura, aun en caso de delincuentes comunes. Las palabras de estos deberían tener el mismo peso que las de cualquiera; en ellas estaba también, en principio, encerrada la verdad, salvo que se pudiera demostrar que era todo lo contrario.

jueves, 28 de octubre de 2021

Del cuatricentenario de Duaca


Ya se les fueron a los pobladores de Duaca las ínfulas de estar entre los primeros en Venezuela en conocer las primeras bicicletas, y hasta un automóvil Ford T, que llegaron a ella gracias al ya desaparecido ferrocarril Bolívar. Fotografía: Ferrocarril Bolívar. Estación de Duaca

En la celebración del tricentenario de Duaca, cincuenta años ha, los duaqueños estaban orgullosos de muchas cosas; entre ellas, tres sobresalían. Tener una iglesia de cinco naves, reliquias del ferrocarril Bolívar y haber sido depositaria, por un corto lapso de tiempo, de un frasquito contentivo de cenizas de Cristóbal Colón. Va la historia. Un ilustre paisano, Lucio Delgado, estaba de visita en Santo Domingo cuando exhumaban los restos del descubridor, y consiguió una porción que depositó en la iglesia San Juan de Duaca. El frasquito cinerario fue trasladado a la meseta de Mamo, sede de la vieja Escuela Naval de Venezuela. Luego resultó que pertenecían a un descendiente de Colón.

Entre cédulas te veas

El comisario Seamol garabateó en su libreta un resumen de su nuevo caso: “Asesinato ocurrido en la casa de la víctima. Disparo descendente con entrada por el hueso frontal. Hora estimada de la muerte 2:00 pm. Varón de 44 años, sentado en la sala de su vivienda, y obvio que había estado en posición decúbito supina en el sofá. Cabello recién lavado, manchas de tinta de periódico en las manos. No hubo robo”.

Ya había interrogado a la esposa. El día del hecho, ella fue a su club, llegó alrededor de las 9:00 am; practicó tiro al blanco y luego se reunió con sus amigas para lo de la próxima fiesta de Halloween. Cerca de la 1:30 pm tuvo que ir a su casa por la lista de invitados, y en menos de una hora estuvo de vuelta. Regresó a su hogar como a las 5 pm y le extrañó ver el carro de su esposo en el garaje, pasó a la sala, lo vio en el sofá; se le acercó, al percatarse de la sangre, se asustó mucho y fue donde el vecino por ayuda. No vio a su esposo cuando fue por la lista. Puede estar mintiendo: falleció cerca de las 2:00 pm, había pensado Seamol.

Frases imbéciles

Siempre nos ha llamado la atención cómo en situaciones cotidianas, anodinas, cuando queremos hablar de ellas, o simplemente ser retóricos, normalmente nos sale lo más imbécil de nosotros; y esto ocurre como individuos o como grupos. Quizás muchos pensarán en el tratado de mabitología de Aquiles Nazoa; pero no aspiramos a tanto; aunque el maestro identificó frases pavosas que deberían estar en nuestra lista. Sirvan de ejemplos, llamar a las prostitutas «mujeres de la vida»; despedir a los invitados con «vayan perdonando lo malo», o «el luto se lleva en el corazón».

Regresemos a lo nuestro y, entrando en materia, imagínense a dos esposas conversando en una mesa y sus maridos en otra; es seguro que una de ellas le dirá a la otra: «Mira pa’ allá, ¿qué estarán tramando esos muérganos?».

Justicia políticamente correcta

Los lodos que han dejado una ristra de países inservibles y que han hasta tratado de cambiar la manera de hablar y discernir vienen de los polvos de las convivencia, connivencia y actuaciones de una izquierda, ¿borbónica?, en las últimas décadas o siglos. La primera misión, arrodillar países en los que tienen funciones de gobierno hasta convertirlos en entelequias, proviene de la ceguera para entender la economía, sin darse cuenta de que ella tiene vida propia y siempre responderá a las ataduras que la quieran constreñir.

En países tras países han cometido los mismos errores; y en aquellos donde han logrado entender el meollo: dejar libre la economía y usar los impuestos para la distribución equitativa de la riqueza, han creado el híbrido capitalismo estatal, de suyo salvaje; pero ellos creen que están navegando su ideología.

Tremenduras borgianas

Tremenduras borgianas 

No sabe leer, pero sí contar

Desde que su madre lo dejó en la puerta de la escuela, a sus siete años, no sabía que aprendería tanto. Pronto, su timidez no le impidió disfrutar de lo que la maestra les explicaba sobre las letras, las sílabas. A medida que avanzaba, por allá en el tercer grado, aprendió que comer, cantar, amar se llamaban acciones; y que bonito, grande, audaz eran calificaciones. Aprendió lo engorroso de la conjugación verbal, sobre todo con ese sinsentido de vosotros amáis, vosotros coméis; nadie hablaba así.

Cuando en su casa compraron un televisor, y en el único canal transmitían de cuando en vez películas vaqueras, era imposible entretenerse con su vosotros no os mováis, o con jolines, vienen a por nosotros. Con las películas del cine no tenía dificultades porque su padre solo lo llevaba a ver las mexicanas; ya más crecidito aprendió que evitaba las otras películas por ser subtituladas.

El verso más conmovedor de la literatura universal

Para Jorge Luis Borges, la frase o verso de la literatura universal que más lo conmovió fueron los seis pies de tierra inglesa ofrecidos, y cedidos, al rey Harald III Hardrada de Noruega. El gran escritor conoció la frase en las sagas nórdicas de Snorri Sturluson. He aquí un resumen de lo escrito por el poeta islandés.

En el siglo XI, los hermanos y condes ingleses Tostig y Harold se enemistaron; el segundo logró que el monarca reinante expulsara al primero. Posteriormente, Harold asumió el reinado de Inglaterra y fue conocido como Harold II. Tostig, en su exilio, convenció al rey Harald III Hardrada de Noruega de que invadiera Inglaterra.

En las vicisitudes de la guerra, se encuentran frente a frente soldados a caballo de ambos bandos. Del lado inglés sale un grupo de jinetes a dialogar con el lado noruego.