sábado, 31 de mayo de 2008

Un hombre de principios

El Mundo / Sábado / Caracas , 31 de Mayo de 2008

«Para los viajes de negocio siempre solicitaba vuelos comerciales, no por lo comercial, sino por lo colectivo del avión. No estaba de acuerdo con los vuelos corporativos porque eran en jets muy modernos y eso no comulgaba con su ideología »

Tenía una entrevista en la compañía para su posible transferencia a una mejor posición. Antes de montarse en el carro, su esposa le comentó que su signo le vaticinaba resultados negativos en algo relacionado con su futuro; sintió un leve malestar en el estómago, era hombre de acendradas convicciones y no creía en pendejadas. En verdad que con el correr de los años, la visión del mundo aprendida de sus lecturas de Marx, Lenin y Hegel chocaba con la cruda realidad. Trabajaba en el área de computación de una empresa del Estado (para él no podía ser de otra manera); en sus inicios el que hubiera un computador central que controlara todos los accesos estaba en línea con sus pensamientos. Para los viajes de negocio siempre solicitaba vuelos comerciales, no por lo comercial, sino por lo colectivo del avión. No estaba de acuerdo con los vuelos corporativos porque eran en jets muy modernos y eso no comulgaba con su ideología. No fue de su agrado la emergencia de las redes, servidores, computadores portátiles; en su mundo no cabían individualidades; el Estado con el que soñaba no podía poseer industrias que fabricaran cosas para grupos selectos, para individuos; por ello criticaba acerbamente las laptops, los yates. Sus autores preferidos también lo hicieron ateo; pero no podía eliminar de su vocabulario el Dios te bendiga para sus hijos, era una costumbre de su familia y de su pueblo. Se burlaba de aquellos que se persignaban o de los que decían de que vuelan vuelan; consideraba primitivo la ceremonia de derramar las primeras gotas de licor en el piso. Le perdonaba a su esposa que creyera en que se podían acertar las loterías interpretando los sueños; le fastidiaba, empero, que le hablara de lo que decían sus astros; y más cuando eran malas noticias, como ahora. Llegó a su oficina. Un amigo le preguntó si estaba preparado, Claro, contestó nervioso, Ese gerente que te va a entrevistar es atrinca; le vino a la mente el algo relacionado con su futuro, Bueno, remató su compañero, cruza los dedos; se limitó a sonreír con sorna, estaba bien preparado para la posición. Faltando diez minutos para la reunión se arregló la corbata y se fue hacia los ascensores; como eran dos pisos, decidió irse por las escaleras, se consiguió otro colega que estaba concursando por el mismo puesto, Pelé bolas, te deseo suerte. No le gustó lo de la suerte. Llegó al piso, la secretaria no fue muy cordial; que ya sería atendido. De la oficina del gerente salió una mujer a punto de llorar. En el intercomunicador una voz ordenó que el próximo esperara unos quince minutos. Los horóscopos, reflexionaba él, jugaban con ambigüedades para engañar a sus incautos lectores; pero si no conseguía el puesto no era para morirse. La frente le brillaba, sintió frío. Lo hicieron pasar. El gerente, de rostro adusto, le indicó que se sentara e inició una conversación insustancial, Veo que es larense, Sí, pero no toco cuatro... Siguió ojeando el currículo; se paró, le dio la mano, El puesto es suyo, enviaré una nota a recursos humanos para empezar lo de su transferencia, Gracias, se limitó a contestar y respiró hondo; seguiría siendo un hombre de principios.

Marcial Fonseca

sábado, 17 de mayo de 2008

Sobre el idioma

El Mundo / Sábado / Caracas , 17 de Mayo de 2008

«Se puede decir con propiedad que esta institución se está remozando; ya no es, como decían algunos humoristas, la gran caimana que en sus definiciones llevaba implícito el atraso medieval que siempre caracterizó a España » Desde hace varios años (atrás no, por favor, simplemente desde hace varios años) el autor dedica su escrito de abril al castellano; pero cada vez, no siendo filólogo, le es más difícil porque no tiene mucho qué decir. Por ello, para llegar a los tres mil caracteres exigidos, el articulista se paseará por curiosidades que ha conseguido en su lectura del Diccionario panhispánico de dudas comparado con el Diccionario de la lengua española, editado ambos por la Real Academia Española. Se puede decir con propiedad que esta institución se está remozando; ya no es, como decían algunos humoristas, la gran caimana que en sus definiciones llevaba implícito el atraso medieval que siempre caracterizó a España; quizás en el futuro lleguen hasta la osadía de eliminar ese cursi eslogan de fija, pule y da esplendor. Hoy día, en caso de algunos supuestos errores del pasado o cerradez en algunas definiciones, la RAE es más abierta, ahora dice que en tal parte se dice así, o que la gente poca culta lo dice de tal manera. Veamos algunos casos. Siempre se nos dijo que lo correcto era de acuerdo con y recurríamos a expresiones como no se dice de acuerdo a mí para ayudar a fijar el uso del con. Ahora, la RAE sentencia que si con lo que se va a estar de acuerdo es algo inanimado, es válido el uso de la preposición a: de acuerdo a esta minuta; de acuerdo al aviso colocado en.... Por cierto, en el diccionario mencionado citan a Mario Vargas Llosa, miembro de la Real Academia, como ejemplo en el uso de esta frase. Otro tanto sucede con el uso de sustantivos como adjetivos; se nos recalcaba que debían ir en singular (hombres rana, proyectos clave, tres vestidos lila). Ahora en el diccionario de marras se dice que si entre un sustantivo y el otro se puede introducir un verbo copulativo y construir una oración lógica, entonces el sustantivo puede ir en plural (estos proyectos son claves para el éxito de la misión de la gerencia; así que es aceptable en este contexto proyectos claves). A pesar de lo moderna que se está haciendo la RAE, hay algo en que todavía fallan y hasta se contradicen. Vayamos a un ejemplo sencillo; visitemos la página www.rae.es y busquemos la palabra membrecía en el diccionario normal, la respuesta será que no existe; pero si colocamos la misma palabra para buscarla en el de Dudas, verán que esa es la forma correcta y no membresía, que es como aparece en el Diccionario de la Real Academia. Para finiquitar, dos cosas sin sentido. La RAE tiene una fundación llamada Fundéu, así con acento; pero no acepta que el apellido Abreu se le coloque acento en la e por ser aguda terminada en vocal; esto lo consultó el autor vía correo electrónico y le respondieron que ese apellido no debería llevar acento porque era extranjero. Por último, en el diccionario oficial figura una palabra que no es usada desde el siglo XIII: uebos, así sin hache y con be, y aunque usted no lo crea, significa necesidad; así que se puede decir perfectamente, tengo uebos de lidiar. Ojo: este es el ejemplo que citan en el Diccionario de la lengua española.

Marcial Fonseca