www.letralia.com / Lúnes, 7 de Abril de 2008
Para: latiam...hotmail.com De: marcial@fonseca.com Asunto: Nuestra conversación de anoche M., ya estoy en la habitación del hotel; y aún sin desempacar te envío este correo. Durante el largo viaje he estado pensando en nuestra conversación de anoche en el restaurante, o mejor sería decir en mi monólogo porque aunque tú trajiste el tema, como mujer moderna que eres tal como me dijiste, fui yo quien abrió su corazón. Mis deseos sexuales —acostarse con una mujer famosa o hacer el amor con una africana— no los he satisfecho y posiblemente se queden así, entran en la categoría de probables; aunque en verdad las fantasías pueden clasificarse de muchas maneras. Aquellas como tener sexo en el cine, en el mar, en un avión o con varios participantes son excentricidades difíciles de realizar y nos revelan personas tímidas, quizás acomplejadas; están las normales, siempre posibles, con la cuales se busca satisfacer nuestro ego, y en las que raras veces se piensa en la pareja. Ahora, amiga, hay una que ha estado merodeando en mi mente desde que abandonamos el restaurante y cada quien cogió por su lado, y estoy seguro de que con ella te mostraré el amor que no me he atrevido a declarar y tú, cuán moderna eres. De paso, será una manera de adorar tu majestad. Te la describo. Amada mía —permíteme llamarte de esta manera—, luego de una sesión de cunnilingus, tu posición preferida como me confesaste, y cuando tu cuerpo ya saciado pida descanso y un ligero sopor te haya empezado a invadir, te acomodarás boca arriba; yo, con un pañito mojado en agua tibia, humedeceré primero tu colina maravillosa, continuaré por los flancos hasta el final de tu naturaleza y después embadurnaré tu ser con espuma de rasurar. Y mientras la hojilla de la afeitadora, sumergida en agua, adquiera una temperatura templada, yo masajearé tus partes con cuidado para no despertar tus instintos. Mi amor, con gran esmero empezaré mi fantasía por tu frente divina; los movimientos serán tan pausados que no perturbarán tu reposo; para continuar, abriré ligeramente tus piernas para trabajar los lados de tu templo; terminada esta parte, mojaré un dedo con tu flujo para acariciar tu capullo, pasados tus temblores y otra vez inmersa en una paz angelical, vendrá la parte más delicada y con la cual reverenciaré tu alma de mujer: despoblar las cercanías de tu sonrisa vertical. Mi C. (supongo que adivinarás que significa esta inicial), con dos dedos en los labios internos y olisqueando, levantaré con delicadeza los labios externos y con la otra mano empezaré el lento despojo de tus lirios; los dedos caminarán despacio hasta llegar al vértice inferior; a esta altura, miraré si tus gestos faciales me indican que quieres explosiones en tu vientre, si no, haré cambio de manos y con igual ternura remontaré el otro lado hasta llegar al inicio de tu frente. Antes de terminar, con el dorso de mi mano y dedos buscaré vellos rebeldes para finalizar mi fantasía, luego me guareceré entre tus muslos y reclinaré mi cabeza en ese campo sin flores. Espero tu respuesta...
Marcial Fonseca