miércoles, 24 de septiembre de 1997

A casi 800 días del desastre informático

El Nacional - 24/9/1997

El 23-10-97 estaremos a 800 días del 2000, y además de la tinta consumida en las discusiones bizantinas sobre el inicio del próximo milenio, una ingente cantidad de dinero será gastada para enfrentar la inhabilidad de las computadoras de manejar adecuadamente el cambio de 1999 a 2000, por haberse tomado en el pasado la decisión de representar los años con dos dígitos, por lo que del 99 saltaremos al 1900. Se estima que el costo monetario será la friolera de unos 300 billones de bolívares, y como este dinero será drenado para resolver un problema, las empresas no verán aumentar su patrimonio.

Llegado el momento, quizás no haya mayores inconvenientes; pero si en una computadora, una solución no es implementada a tiempo, la máquina tendrá tres caminos a seguir. Primero, considerar la fecha inválida, por lo que posiblemente dé un error y por lo tanto habría intervención humana. Segundo, que tome el año como el 1900.

Tercero, que ejecute una acción descabellada. De ser el segundo camino, tendríamos situaciones kafkianas, no sólo para el común de los mortales, sino también para las empresas. Estas, en la actualidad, cuando tienen un problema con sus clientes por un mal funcionamiento informático, generalmente botan al gerente de computación; pero con la cuestión del 00, se espera una avalancha de demandas, sobre todo en EE UU, donde hay más abogados que ingenieros. Como el 1-1-2000 será sábado, y 1-1-1900 fue lunes, una computadora no actualizada le pagará a un trabajador, que labore ese fin de semana, un salario chucuto por ser tratado el domingo como martes. Para un banco, las bóvedas se le abrirán el domingo. Igualmente habrá dificultades al no ser tratado el 2000 como bisiesto, que sí lo es. Cosas tan cotidianas como el uso de los ascensores, cambio de luces de los semáforos, accesos a estacionamientos podrían hacerse inoperantes si sus respectivos controles se vuelven locos. De irse por el tercer camino, las situaciones pasarían de kafkianas a dantescas. Una planta termonuclear podría causar una catástrofe por una acción incorrecta de su control central. No pensemos en lo que pasaría con un avión o un submarino con cargas nucleares. Los proyectos acometidos para resolver este asunto tienen una característica: que son los únicos con una fecha de terminación impostergable.

No creemos que el Papa vaya a añadir días, así como una vez los quitó, ya que el equinoccio de primavera prácticamente no se ha movido; además de que quizás no tenga el poder suficiente. Octubre 97 es el momento más tardío para empezar a encarar este asunto, o de lo contrario no se estará preparado para el cambio de los dígitos. De paso, los computistas aprovecharán para corregir otros desarreglos con el calendario. Los surgidos por aquellas fechas cabalísticas (6-7-89; 7-7-77; etc.) que fueron usadas con significados específicos (no borrar; hoja de prueba, etc.). Hay un aspecto positivo para la gente del área: los salarios están empezando a subir por escasez de mano de obra.

Marcial Fonseca