domingo, 28 de noviembre de 2021

Pilas Delatoras

Si el caso policial que hablará a estas páginas hubiese sucedido en la Venezuela después de los años 72, cuando la Policía Judicial creó el premio el Cangrejo de Oro a la mejor investigación, hubiesen galardonado con ella al detective que la llevó a cabo.

En una urbanización de la casa media alta de los años de fines de los 50, después que el último dictador abandonara el país, ocurrió un robo que causó mucho impacto y molestias; impacto porque la víctima era una funcionaria de una embajada europea; molestias al gobierno porque la opinión pública pedía a gritos que nos alejáramos de la ignominia de los interrogatorios con tortura, aun en caso de delincuentes comunes. Las palabras de estos deberían tener el mismo peso que las de cualquiera; en ellas estaba también, en principio, encerrada la verdad, salvo que se pudiera demostrar que era todo lo contrario.